jueves, 9 de agosto de 2012

Reflexiones junto a la piscina

Hace demasiado tiempo que no dedico diez minutos al blog, pido disculpas a aquellos que lo siguen, no ha sido por falta de interés, sino por exceso de tareas y falta de tiempo. Entre las novedades que quiero compartir con vosotros esta que ya soy graduado en administración y dirección de empresas y ya tengo un documento que dice que soy economista, alguien un poco mas presuntuoso que yo hubiera eliminado ya del titulo del blog el calificativo de aprendiz, y hubiera dicho que ya es economista, con todas las letras y sin adjetivos. Esto es como cuando tienes una reunión de trabajo y te aparecen tres "expertos en derecho tributario o Concursal" y entre todos ellos no llegan a los cien años, incompatible, experto es el que tiene experiencia y eso es incompatible en materia profesional con alguien de treinta años, por eso cuando me presentan como experto en Concursal o tributario me sonrojo ya que es un concepto absolutamente incompatible con mi edad, 37 años, es cierto que voy progresivamente acumulando conocimientos y experiencias pero como ya señale en otro foro es mucho mas grande el campo de lo que no se, que el campo de lo que se, vamos, que como dijo otro gran sabio, soy un ignorante. Dentro de mi ignorancia y humildad voy aprendiendo cosas, y una de ellas es la que hoy quiero compartir con vosotros, realmente es una reflexión, o una conclusión a la que he llegado después de mucho pensar. Esta primera quincena de agosto me la he tomado de vacaciones, creo que merecidas; ahora mismo estoy en zahara de los atunes, desde donde escribo estas líneas, sentado cómodamente junto a la piscina contemplando la belleza y la luz del cabo de trafalgar, y es quizás incluso posible que este lugar, humildemente creo que muy cercano al concepto que Dios tenia cuando imagino el paraíso, me haya inspirado en mis reflexiones, o quizás simplemente que cuando el diablo no tiene que hacer con el rabo mata moscas. Al lío que como siempre mis preliminares son mas extensos que el cogollo de la cuestión a debatir. Recientemente, en el marco de una cena de amigos, llegamos a la conclusión de que nuestro querido Pais esta tan podrido, o tan estropeado, que si queremos salvarlo y realmente progresar debemos replantearnos todo, punto por punto, porque no podemos seguir poniendo parches a un barco que hace aguas, necesitamos aplicar a descartes y romper con todo, o bueno mejor dicho no dar nada por sentado y analizar que nos sirve y que no. Pondré un ejemplo cercano, la gran banca: la banca tiene grandes problemas, hace aguas por muchas partes y precisa de gran cantidad de fondos para salir adelante; el problema es que los ciudadanos de a pie tenemos la ingenua idea de que el dinero que reciban lo van a trasladar a la economía "real" van a dar préstamo y van a regenerar la situación. Bien pues señores a ver si de una vez nos entra en nuestra cabezota que eso no va a ocurrir, en ningún caso a corto plazo y ya veremos a medio. Los expertos (posiblemente sean expertos de esos que comentábamos al inicio de la entrada) dicen que debemos reducir el apalancamiento privado, de empresas y particulares. No voy a poner en duda esta afirmación, no me creo tan listo, pero, lo que si creo ser capaz de poder afirmar es que si no hay dinero no podemos invertir y crear empresas, con lo que no vamos a poder crear empleo, lo que nos va a conducir no crecer. Esta discusión ocurre desde el principio de los tiempos, que es antes, el huevo o la gallina, bien pues en este caso voy a ser un poco presuntuoso, me lo permita el lector, y afirmare que, al menos, en la situación en que estamos o creamos empleo, el huevo, o nunca creceremos; en ocasiones he leído afirmaciones tales como que necesitamos tasas de crecimiento del 3 o del nosecuanto por ciento para crear empleo, pues lo siento pero creo que o conseguimos frenar la destrucción de empleo y creamos nuevos empleos o jamás vamos a volver a la senda del crecimiento. Y señores lo que si tengo es la piedra filosofal de la creación de empleo: creemos nuevas empresas, que crearan empleo y generaran crecimiento económico. Ahora bien, para crear empresas y en definitiva crear empleo es imprescindible tener dinero, es decir que el crédito fluya racionalmente. Por tanto si hemos afirmado que los bancos actuales no van a dar dinero porque deben sanearas y ademas no se fían de los deudores ni de ellos y por tanto no consiguen fondos, como diantres queremos que nos presten dinero para aventuras empresariales. Conclusión, los actuales bancos no nos sirven, debemos crear un banco nuevo, solido, de confianza para los inversores porque no tiene fallidos, ni insolventes ni descomunales carteras inmobiliarias que deben sacar al mercado. Una entidad nueva completamente creada o impulsada por empresarios debería ser capaz de dotar al mercado financiero de la confianza que precisa para conseguir fondos que realmente lleguen al mercado que lo precisa. Ahora bien tampoco estoy afirmando que dejemos quebrar al resto de entidades, eso posiblemente generaría un daño irreparable, haya que buscar alguna solución para ellas, y hombre no me considero tan listo como para resolver el problema que trae de cabeza a tantas personas con muchos mas conocimientos y experiencia que yo. Eso lo dejaremos para reflexiones posteriores mas avanzadas. Bien, pues igual que a los grandes bancos, creo que les pasa a esas personas en las que un día depositamos nuestra confianza para que con mano firme gobernaran nuestros destinos, y que hoy parecen meras marionetas en manos de otros poderes mayores, a los que no hemos elegido, y que les obligan a hacer lo contrario de lo que un día dijeron, y eso sin la legitimidad de las urnas. Cuidado, no estoy hablando de un político o partido concreto, ya que creo que cualquiera de los actuales actuaría exactamente igual que el que esta o ha estado en el gobierno reciente, y ademas creo que un halo de silencio me dice que estos grandes partidos han perdido toda legitimidad en su actuación y una gran mayoría de la sociedad civil no avala su actuación. Ahora bien, esta afirmación en ningún caso me lleva a buscar la anarquía, en absoluto, soy amigo de la paz social, el orden, y el gobierno; por ello creo firmemente que igual que debemos regenerar el sistema financiero debemos con mucha urgencia generar nuestro sistema de partidos a través de un nuevo partido fuerte, sin ataduras, con vocación de gobierno en el corto plazo, sin el sistema feudal que aun rige nuestro sistema político. Es urgente y necesario que regeneremos España, que la refundemos, sin ataduras, sin determinismos, y todo eso desde los únicos legitimados para ello: los ciudadanos de nuestro Pais, la sociedad civil. Crear un partido de la nada creo que es difícil y laborioso pero absolutamente imprescindible para salir de esta situación, ninguno de los partidos actuales considero va a ser capaz de sacarnos de esta coyuntura, ya casi estructural. Pero, cual seria el programa electoral de este partido, pues francamente no lo se, pero si propongo lo siguiente: deberíamos crear una asociación previa a la que puede pertenecer cualquier persona libre que quiera aportar algo a mejorar nuestra vida, la asociación refundamos España. A partir de esta asociación, deberíamos crear extensos grupos de trabajo, economía, sanidad, justicia, educación, etc, grupos de reflexión formados por personas con conocimientos en la materia, técnicos en las diversas áreas que debatan y discutan desde la libertad la situación ideal de las diversas áreas, para en un segundo momento determinar la forma de alcanzar ese ideal, y así para cada una de las áreas de nuestro Pais.

domingo, 12 de febrero de 2012

La mejora de la competitividad de la pyme: una necesidad estratégica

Mejorar la competitividad, ¿es la vía para salir de ésta crisis? Diversos países de nuestro entorno que han atravesado dificultades apostaron en el pasado con gran éxito por la investigación, el desarrollo y la innovación. Parece que es la apuesta de futuro que debemos concretar con urgencia, pero ¿estamos realmente preparados para ello? Vamos a intentar analizarlo.
Existen infinidad de definiciones de competitividad, nosotros tomaremos la formulada por Ivancevich et al (1.997): “la medida en que una nación, bajo condiciones de mercado libre y leal, es capaz de producir bienes y servicios que puedan superar con éxito la prueba de los mercados internacionales, manteniendo y aún aumentando al mismo tiempo la renta real de sus ciudadanos.”
El Foro Económico Global elabora anualmente el informe de competitividad global, informe en el que compara la competitividad de un gran número de países teniendo en cuenta determinados parámetros o pilares. Tomemos en consideración los datos del informe 2.011-2.012, comparando los resultados de España, con los resultados de los 4 primeros países a nivel competitivo, así como la media de los países de nuestro entorno.
País
España
Suiza
Singapur
Suecia
Finlandia
Media
Posición
36
1
2
3
4

Puntuación total
4,54
5,74
5,63
5,61
5,47
5,07
Instituciones
4,3
5,8
6,1
6,1
6,0
5,0
Infraestructura
5,8
5,6
6,3
5,7
5,6
5,5
Entorno macroeconómico
4,6
6,3
6,2
6,1
5,7
4,5
Salud y educación primaria
6,0
6,5
6,6
6,3
6,8
6,0
Educación superior
4,9
5,8
5,8
5,8
6,1
5,3
Eficiencia del mercado de bienes
4,2
5,2
5,6
5,2
4,9
5,0
Eficiencia del mercado laboral
3,8
6,0
5,9
4,8
4,9
4,9
Desarrollo del mercado financiero
4,1
5,3
5,8
5,2
5,3
4,8
Preparación tecnológica
4,9
6,3
5,9
6,3
5,7
5,4
Dimensión del mercado
5,4
4,5
4,6
4,3
4,1
4,6
Sofisticación de los negocios
5,6
5,8
5,1
5,8
5,4
5
Innovación
3,6
5,8
5,3
5,8
5,7
4,8
Fuente: The Global Competitiveness Report 2.011 – 2.012


En un primer vistazo podemos pensar que salimos muy mal parados de una comparación con los cuatro primeros países, pero si analizamos los diversos pilares observamos que en algunos aspectos, menores, claro, incluso superamos a los más competitivos o no estamos lejos (infraestructura, dimensión del mercado, sofisticación de los negocios, incluso salud y educación primaria); si para algo nos sirve esta clasificación es para observar donde quedamos lejos, y en consecuencia donde debemos centrar nuestros esfuerzos: educación superior, instituciones, preparación tecnológica e innovación; aspectos en los que estamos incluso muy por debajo de la media de las 35 economías innovadoras. Observemos que todos estos aspectos discurren en una misma línea: formación de nivel superior e innovación.
Ajustemos el aumento de nuestro microscopio y volvamos a tomar la definición antes enunciada de Ivancevich, pero sustituyamos la palabra nación por empresa y ciudadanos por propietarios, del siguiente modo: “la medida en que una organización (empresa), bajo condiciones de mercado libre y leal, es capaz de producir bienes y servicios que puedan superar con éxito la prueba de los mercados internacionales, manteniendo y aún aumentando al mismo tiempo la renta real de sus propietarios.”
¿Son nuestras empresas competitivas? A este respecto debemos señalar que si bien es cierto que a nivel individual algunas empresas de nuestra economía resultan altamente competitivas, principalmente las más grandes, que compiten en condiciones de igualdad con grandes empresas de países más competitivos que el nuestro, lo cierto es que nuestra economía presenta serios desequilibrios que dejan patente nuestra falta de competitividad a nivel agregado.
Productividad del trabajo según el tamaño de las empresas

Número de empleados

1 a 9
10 a 19
20 a 49
50 a 249
250 a …
Total economía (% respecto promedio en EEUU)
(1)   España
40,60
54,40
58,90
77,00
125,70
(2)   Estados Unidos
54,10
46,80
53,80
68,30
129,80
Fuente: centro de estudios de BBVA y OCDE
La productividad agregada es inferior en España respecto de EEUU, lo que a la luz de lo comentado anteriormente no parece justificado; ahora bien, lo cierto es que debido a un efecto composición de nuestra economía, las empresas más abundantes en España son las más pequeñas, es decir, las que presentan ratios de productividad más reducidos. Esto origina nuestra falta de productividad a nivel agregado, y que deja patente esa falta de productividad del trabajo, entre otros factores, el que deja patente nuestra falta de competitividad. Pero, ¿qué falla en nuestras pequeñas empresas?
La competitividad de las empresas se debe en gran medida a la calidad de sus recursos humanos, así como a las competencias de los directivos; el continuo desarrollo de estos elementos se convierte en una importante fuente de ventajas competitivas.
Dos factores clave de la supervivencia y crecimiento de las pequeñas empresas son la motivación del emprendedor para la creación de la misma y el nivel de formación del emprendedor. Un estudio elaborado por el Catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, Dr. Enric Genesca Garrigosa (2005) llegó a las siguientes conclusiones:
.- La dimensión media de las empresa españolas es menor que en Alemania, Francia y Reino Unido.
.- La formación de los auto empleados y empresarios de pequeñas empresas es inferior a la que se observa en la Unión Europea, incluso menor que la de los parados en esos sectores, siendo inferior incluso el grado de formación continua.
.- Las microempresas tiene una capacidad de supervivencia e índices de productividad e innovación menores que las empresas de mayor dimensión.


Estas características así como la demografía de nuestro tejido empresarial nos hacen reflexionar acerca de un factor fundamental a mejorar para el adecuado desarrollo de nuestras empresas: hay que lograr la adecuada motivación y formación del emprendedor en su tarea empresarial, de forma que se garantice la supervivencia de la empresa en el tiempo, mejorando la calidad y estabilidad de los puestos de trabajo creados.
Analicemos ahora el nivel de formación de nuestros emprendedores, centrándonos en los que presentan mayores problemas de competitividad y productividad: los pequeños empresarios. 
Tipo de emprendedor
Naciente
Nuevo
General
Consolidado
Abandonado
Potencial
Sin estudios
0,00 %
0,00 %
0,00 %
0,30 %
0,50 %
0,00 %
Estudios primarios
27,50 %
34,90 %
29,80 %
42,60 %
36,10 %
26,20 %
Secundarios
17,90 %
12,10 %
14,60 %
15,50 %
15,20 %
18,20 %
FP Superior
22,40 %
17,40 %
19,60 %
15,00 %
18,10 %
20,40 %
Diplomado
16,00 %
17,30 %
16,60 %
13,60 %
14,50 %
18,50 %
Licenciado
17,40 %
15,10 %
16,10 %
11,40 %
12,30 %
13,80 %
Post Grado
2,50 %
2,80 %
2,60 %
1,30 %
2,30 %
1,80 %
Otros
0,10 %
0,10 %
0,10 %
0,20 %
0,80 %
0,40 %
No contesta
0,80 %
0,50 %
0,60 %
0,30 %
0,20 %
0,80 %
Fuente: Global Entrepreneurship Monitor 2.009, datos referidos a España
En un primer vistazo observamos que los emprendedores más abundantes son los que tienen estudios primarios, esto incluso entre los emprendedores nacientes (0 a 3 meses) y los nuevos (antigüedad de 3 a 24 meses). Si partimos de la realidad de que en los estudios primarios no hay ningún tipo de formación empresarial y ésta es escasa cuando no nula en los estudios secundarios y de formación profesional, podemos concluir que el 67,80 % de los nuevos empresarios no tienen formación académica reglada de ningún tipo en materia de empresa.
Analicemos ahora dentro del perfil socioeconómico del emprendedor la posesión de formación específica en materia de emprendimiento, no ya reglada sino de cualquier índole.
Tipo de emprendedor
Naciente
Nuevo
General
Consolidado
Abandonado
Potencial
Tiene formación
59,90 %
54,50 %
57,00 %
45,90 %
47,30 %
55,80 %
No tiene formación
39,70 %
45,50 %
42,80 %
53,80 %
52,40 %
43,90 %
No lo sabe
0,00 %
0,00 %
0,00 %
0,10 %
0,20 %
0,20 %
No contesta
0,40 %
0,00 %
0,20 %
0,20 %
0,10 %
0,10 %
Fuente: Global Entrepreneurship Monitor 2.009, datos referidos a España
De estos datos deducimos que un 42,80 % de los emprendedores afirma no tener formación específica para emprender. Dirigir una empresa consiste en combinar una serie de recursos, humanos y técnicos, para lograr los objetivos que nos hemos propuesto. En una pequeña empresa la figura de la dirección se confunde habitualmente con el empresario, siendo el factor directivo crítico en cualquier empresa, independientemente de su dimensión. Y de acuerdo con los datos están dedicados a algo que únicamente conocen de manera intuitiva.
Como hemos señalado anteriormente un factor clave de la supervivencia y crecimiento de las pequeñas empresas es el nivel de formación del emprendedor, por tanto no parece que tengamos el caldo de cultivo adecuado para que fructifiquen las nuevas iniciativas empresariales.
Si analizamos y reflexionamos acerca de nuestro día a día llegamos al convencimiento de la realidad anteriormente descrita, la tenemos diariamente en nuestros despachos. Los asesores fiscales, especialmente los dedicados a PYMES, somos en demasiadas ocasiones el único nexo o vínculo de nuestros clientes con profesionales del mundo de la empresa con una formación, no sólo universitaria y teórica, ya que en muchos casos somos los propietarios y responsables finales de nuestras propias organizaciones empresariales.
Precisamente por esto debemos tomar conciencia de nuestra responsabilidad y procurar transmitir a nuestros clientes nuestra inquietud formadora, nuestro conocimiento y experiencia, no sólo en las materias específicas de nuestro trabajo, sino procurando que su motivación y formación sean las precisas para el desempeño de su tarea diaria: dirigir una empresa.
Nos encontramos con un entorno macroeconómico sin posibilidades de estímulos fiscales, embarcados en una carrera de recorte del gasto público; con una política monetaria exhausta, sin liquidez, y sufriendo un gravísimo problema de desempleo que perjudica irremediablemente el consumo. En definitiva, nuestra prioridad debería ser buscar el crecimiento económico por encima de la situación expresada y luchar por ser competitivos. ¿Será acaso que hemos olvidado lo que ya hace muchos años expresó un gran economista?: “la clase empresarial es la fuente y el motor del crecimiento económico”.
Dado que parece que el entorno macroeconómico no favorece mucho la competitividad de nuestras PYMES, muy al contrario la perjudica seriamente, llegamos al convencimiento de que la batalla por la competitividad de nuestras empresas hay que librarla a un nivel microeconómico: empresa por empresa. Quizás, y aunque solo sea por esta vez, sea el bosque el que no nos deja ver los arboles.

sábado, 4 de febrero de 2012

"Se buscan hombres para un viaje peligroso.

Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito."


Posiblemente estas palabras sean las que mejor definan la figura del emprendedor, bueno me gusta más la de empresario;porque tenemos la manía de modificar las palabras para quitarle connotaciones negativas (o acaso no es cierto que hoy en día no tenemos comerciales y mucho menos vendedores, hay asesores, técnicos de ventas, consultores de ventas, y así mil giros más para referirnos a lo de siempre: comerciales, vendedores, ojo sin pretender ser despectivo, en ningún caso, el único objetivo es llamar a las cosas por su nombre). Una vez más me escapo del hilo conductor, intentaré recobrarlo. Como decía creo que este anuncio introductorio parece estar buscando personas que desarrollen la tarea de empresarios, al menos, de pequeños empresarios en el turbulento mundo actual.

Realmente, y como nos explica Pilar Jericó en su libro "héroes cotidianos", (Planeta Booket, Barcelona, 2010) se trata de un anuncio publicado en The Times en 1913 por sir Ernest Shackleton. Pretendía reclutar 55 marineros para la expedición Endurance. El objetivo era alcanzar el polo sur en 2 barcos que partirían a la Antártida recorriendo el continente.

El viaje no fue un camino de rosas. El barco en el viajaba Shackleton quedó encallado entre los hielos durante dos meses, se acabó agrietando y la tripulación tuvo que refugiarse en la isla Elephant. Sufrieron vientos polares y lluvias, sin comida ni grandes recursos. Para conseguir salvar a su tripulación navegó junto con cuatro hombre en un bote de siete metros a lo largo de 1.300 kilometros de mar abierto, entre olas de más de 15 metros. Consiguió alcanzar la isla de South Georgia para pedir ayuda. La expedición duró dos años y consiguió lo imposible: que ni uno solo de los hombres de la expedición muriera.


Una vez más el lector se preguntara que diantres tiene que ver esta historia más propia de un libro de Julio Verne que de un blog económico, con el objetivo que nos fijamos al inicio: hablar de la economía española. Pues en mi humilde opinión todo.


Un gran economista (Joseph Schumpeter), creo recordar que esto ya lo hemos comentado antes, afirmó que el motor del crecimiento económico es la empresa. Nos encontramos en nuestro entorno un crecimiento lamentable, en muchos casos en situación de recesión, con un nivel de desempleo de escándalo público (aunque sorprendemente no hay barricadas en las calles, esto es algo que no consigo comprender), y se trata de que la unica forma de salir de esa situación es generar crecimiento y empleo a través de la creación de empresas competitivas (y no son palabras mías, se lo he oido decir a un premio Nobel de Economía: Joseph Stiglitz, digo yo que algo sabra de esto del mundo económico), generadoras de innovación y dispuestas a pelear en un entorno internacional y globalizado. Creo que no hace falta mucho explicar donde veo los paralelismo con el viento y lluvia polar y la escasez de recursos. El problema es que parece que no hay heroes capaces de navegar en una cáscara de nuez (la pequeña empresa) para salvar a esa ingente cifra de parados logrando crear puestos de trabajo, lo que en definitiva redudandaría en un incremento del consumo y la inversión, es decir, crecimiento económico.

En alguna otra situación de crisis han proliferado las iniciativas empresariales modestas procurando crearse su puesto de trabajo. En fin tampoco vamos a engañarnos, es cierto que ese tipo de iniciativas impulsadas por la necesidad no solían fraguar en solidos proyectos creadores de puestos de trabajo, pero la verdad es que ahora mismo el miedo y el entorno paralizan incluso este tipo de iniciativas.
Pues lo siento señores pero creo firmemente que vamos por mal camino, debemos incentivar y promover la creación de proyectos empresariales, con vocación innovadora e internacional, capaz de generar trabajo a los millones de parados que tenemos actualmente, creo absolutamente necesario crear el caldo de cultivo necesario para crear empresas y trabajo; los recortes, los famosos recortes del gasto público, y el aumento de los ingresos incrementando la fiscalidad son caminos contrarios a este que pretendemos; por desgracia son absolutamente necesarios, pero no para salir de la crisis, en absoluto, no nos dejemos engañar; son necesarios porque los niveles alcanzados en el pasado son absolutamente insostenibles, pero necesitamos otro tipo de medidas para promover que aparezcan los heroes que precisamos; no añadiré más, simplemente finalicemos la entrada como la hemos empezado, porque sobran mas palabras:


SE BUSCAN HOMBRES PARA UN VIAJE PELIGROSO. SUELDO BAJO. FRIO EXTREMO. LARGOS MESES DE COMPLETA OSCURIDAD. PELIGRO CONSTANTE. NO SE ASEGURA RETORNO CON VIDA. HONOR Y RECONOCIMIENTO EN CASO DE EXITO.

domingo, 29 de enero de 2012

Retomemos nuevamente la economía, ¿qué podemos decir de la ética empresarial?

Aproximadamente desde el año 2.007 vivimos una situación de crisis comparable a la gran depresión de 1.929, cuyas consecuencias y final aún no somos capaces de intuir. Se han escrito millares de páginas de esta crisis, su descripción, sus soluciones, etc. Por ello no seremos nosotros los que ahondemos en este tema, grandes gurús de la economía aún hoy no se ponen de acuerdo en la materia, con lo que poco podemos aportar nosotros desde la pequeñez de nuestras microempresas a la discusión. Pero, si nos va a servir como hilo conductor de ésta entrada: la gestión de la empresa desde la ética y la responsabilidad social de nuestro papel de empresarios.
A ésta crisis se le han puesto muchos apellidos, financiera, económica. No se trata de que los entendidos no se pongan de acuerdo en su calificativo, se trata de una CRISIS con mayúsculas que ha pasado por todas las fases imaginables, y por tanto ha recibido diversos nombres.
La primera de las crísis, y el motivo por el que sacamos este debate aquí, fué ética. Se fue gestando durante muchos años. Durante mucho tiempo hubo gestores que no fueron honrados en su negocio, pensemos algunos ejemplos: MADOFF, AFINSA, FORUM Filatélico; empresas que durante años, y como diría algún conocido gurú, estuvieron creando y repartiendo "porquería" por el mundo. Esto nunca hubiera pasado si las instituciones que tenían la obligación de controlar a esas empresas hubieran sido diligentes a la hora de controlarlas, gobiernos, órganos de control, agencias de calificación, etc; pero esa es otra materia, vamos a analizar estos casos desde la ética y responsabilidad del empresario o gestor de esas empresas.
La codicia y avaricia de unos pocos, y resalto lo de unos pocos, hizo que la burbuja que se habia ido gestando con el tiempo explotará sin solución; lo que de golpe y plumazo hizo desaparecer los ahorros de muchos particulares, empresas e instituciones, y que produjo una crisis financiera sin precedentes.
A muchos de nosotros se nos hace dificil imaginar como se ha podido producir algo parecido.
Pero tratar de captar la esencia del problema, traigamos a la discusión un ejemplo mucho más pequeño aunque, quizás, más cercano a nosotros.
Durante muchos años, y aún subsite algún ejemplo, hubo en nuestra economía minúsculas cooperativas agrícolas o de ahorro, muchas de ellas en nucleos agrícolas de nuestra geografía que nos ofertaban jugosos tipos de interes por nuestros ahorros, ocho o diez por ciento; eran pequeñas instituciones de las que eramos propietarios, en las que conocíamos personalmente a los gestores con quienes tomabamos potes a la mañana, o cenabamos tranquilamente. ¡Como alguien a quien nosotros conocíamos así iba a engañarnos!.
En ocasiones todo empieza sin un efectivo ánimo fraudulento, un año las inversiones o gestiones que hicieron algunas, pocas, de esas cooperativas no resulto tan rentable, pero como habíamos generado algunos ahorrillos de los años buenos, nos podíamos permitir mantener esos rendimientos sin gran menoscabo para la economía de la cooperativa, simplemente se reducían las reservas, en fin un pequeño bache, la economía a largo plazo crece y nosotros creceremos con ella. Pero una vez que empiezas ya no puedes acabar, y llega un segundo año malo, y el problema se agrava; hasta que ya no tiene solución, ya no hay reservas, no hay beneficio, pero ya el gestor ese tan amigo nuestro no es capaz de darnos la cara y reconocer su error; quizás por orgullo, quizás por miedo a nuestra reacción. Lo cierto es que como los intereses al final solo son apuntes en una cartilla, es "fácil" que el problema no se vea, se van dando intereses, y al fin y al cabo si alguien viene a pedirnos su dinero se le puede dar; como es mucha la gente que tiene aquí depositado su dinero, no vamos a tener tan mala suerte de que todos vengan a la vez a pedirnos su dinero, y no haya en caja dinero suficiente para todos.
Pero un día ocurre, vienen mas ahorradores que dinero tenemos en caja, porque lo precisan para su hijo, para unas obras en casa, para... mil y una cosas, y no podemos pagar a todos. El pánico corre como la polvora, y todos los ahorradores acuden a retirar sus ahorros, se ha perdido la confianza que teníamos depositada, no en la entidad, sino en ese amigo con el que compartíamos mesa y noches de charleta.
Seguro que a muchos de nosotros nos suena esta historia, bien porque la hayamos sufrido personalmente, un amigo o familiar o porque haya ocurrido en el pueblo de al lado. No ha habido muchos casos, pero si alguno. Estas historias se esparcen muchísimo.
Bien, pues esto mismo, solo que a a una escala que ni siquiera podemos imaginar es lo que ha ocurrido con el caso Madoff. En concreto han desaparecido del orden de 50.000.000.000,00 $, en euros contantes y sonantes unos 34.722.222.222,22 €, y si no nos hacemos idea porque suena a un montón de dinero, imaginemos la cifra en pesetas: 5,657.124.000.000. La verdad es que ni me imagino esa cifra, no soy capaz de imaginar todos esos números escritos en una libreta. Lo cierto es que la falta de ética del señor Bernard MAdoff, asegura que el solo ha sido el artífice de tamaña estafa: una sola persona ha sido capaz de hacer desaparecer esa descomunal cifra de dinero, dinero que no era suyo, sino de miles de ahorradores anónimos que le conocían, personalmente o a través de referencias y que habían confiado en su capacidad de gestión, todo un señor expresidente del NASDAQ, que más referencia necesitamos de honorabilidad y profesionalidad.
Este es un claro caso de falta de ética empresarial, personal y de todo tipo. Pero algún lector avispado, me podría decir, que si bien es cierto que el daño producido por esta estafa es cuantioso, en ningún caso puede tirar abajo la economía mundial. Y tiene razón, pese a ser cuantioso, por si solo no basta el Sr. Bernard Madoff con toda su falta de ética para destrozar nuestra economía, solo es un caso aislado.
Analicemos otro supuesto más complicado desde el punto de vista ético, ya que en el analizado hasta ahora nadie en su sano juicio podría decirnos que no hay una absoluta falta de ética, vayamos a otro menos obvio: el caso de las hipotecas subprime.
Resumiendo mucho el tema, hubo una serie de banqueros que querían hacer más negocio y ganar mas dinero, y para eso se les ocurrió prestarle dinero a personas que en ningún caso podían devolver el dinero. Los avispados banqueros confiaban que dado que el mercado inmobiliario estaba en una fase ascendente que parecía no tener fín, cuando el prestatario no pudiera hacer frente a la deuda, y dado que en el mercado inmobiliario todo se vendía por un precio superior al de adquisición, éste vendería el inmueble devolviendo el importe del prestamo sin mayores daños que unos ligeros intereses de demora que también engordarían la cuenta de resultados.
Si nos fijamos bien en el supuesto observamos que a estos banqueros les ocurrió como a nuestro amigo que gestionaba la cooperativa agraría, no vió el conjunto del problema, ¿que ocurriría si todos los prestatarios eran incapaces de devolver esos préstamos y cientos de inmuebles salían a la venta? Lo que ocurre desde el inicio de los tiempos, y que ya el gran economista Adam Smith explico al explicar el funcionamiento del mercado y su mano invisible. Ante un exceso de oferta, los precios caen irremediablemente. En consecuencia los préstamos no se pueden devolver y la entidad financiera que se invento ese producto quiebra. Pero el banquero que era consciente del riesgo que corría, hábilmente vendió esas hipotecas (distribuyó porquería por el mundo), y no fue únicamente su empresa la afectada, sino muchas otras a lo largo y ancho del planeta.
Si analizamos la conducta de este banquero creo que pocos serán capaces de decirnos que no actuó con una clara y manifiesta falta de ética,creo que a estas alturas, eso es indiscutible.
Bien hasta ahora hemos visto como la falta de ética produce, por la perdida de confianza en los operadores financieros del mercado, una crisis financiera sin precedentes. ¿y que ocurre cuando en nuestra economía el sistema financiero no es capaz de generar dinero suficiente?: se recorta el crédito, las empresas y particulares no disponen de crédito, sus ahorros han desaparecido porque los instrumentos de ahorro (inmuebles, acciones, fondos de inversión) han perdido una gran parte de su valor, y en algunos casos son dificilmente realizables (pensemos en esa casa en la playa que muchos tienen y que ahora nos vendría bien vender para cancelar un crédito y con el dinero restante ir tirando mientras las cosas cambian, llevamos meses con la casita de la playa a la venta, y ni siquiera recibimos llamadas interesandose por ella).
Y esto nos lleva, irremediablemente a la tercera fase de esta CRISIS con mayúsculas: la crísis económica. Menos consumo, menos inversión, destrucción masiva de empleo, un circulo vicioso muy dificil de enderezar. Los pícaros, muchos o pocos, han sido capaces de derribar nuestra economía, nuestros ahorros, nuestro consumo y nuestras esperanzas.
Pero, que es eso que llamamos ética, y que parece tan necesario, no para salir de la crisis, no; necesitamos de la ética para que no se produzcan desequilibrios tan fuertes como los que se han producido en el pasado. Necesitamos de la ética, para que no volvamos a sufrir una crísis tan virulenta como esta. Ncesitamos de la ética, para lograr de una vez un sistema económico de crecimiento sostenido que procure mejorar el bienestar de los ciudadanos, necesitamos un sistema que piense en el Progreso económico, no simplemente en el crecimiento.
Volvamos a la pregunta que nos hacíamos en el párrafo anterior, ¿qué es la ética?

¿Es posible aprehender este concepto a través de un principio general que nos sirva para todos los supuestos?, una regla que podamos aplicar a todos los supuestos de hecho que puedan darse en nuestra vida empresarial.
En mi opinión, rotundamente sí.
Ahora esperaran una complicada formulación teórica que les ayude a guiarse con ética en sus carreras empresariales, lamento profundamente defraudar al lector, pero creo que es bien sencillo: en la gestión de cualquier asunto, propio o ajeno, debemos guiarnos con la diligencia de un buen padre de familia. Siento no ser vanguardista, y novedoso, si lo siento, indudablemente no he aportado nada nuevo, lo expresaron los romanos hace muchos siglos, y pese a que en nuestro centenario Código Civil viene expresando este principio en un sinfin de artículos, lo hemos olvidado, no lo aplicamos, no nos guiamos por la diligencia que debe observar en su actividad un buen padre de familia.
En el Derecho Romano se consideraba ‘pater familias’ al que tenía dominio en su casa sobre todas sus cosas y las de su familia, aunque no tuviera hijos; en contrapartida, tenía la obligación de ser buen administrador, justo y correcto, y de preservar por todas las cosas y situaciones el patrimonio familiar; es decir, tenía que ser un buen padre de familia. Se trataba de un dominio en una pequeña empresa, que era la familiar.


Podemos extrapolar este concepto automáticamente, y que el empresario asuma ese papel de ‘pater familias’ y pedirle que sea un buen jefe de empresa en relación con su patrimonio y en la relación con los diversos agentes con los que se relaciona la empresa; las decisiones deben tomarse de manera cauta, serena y, por encima de todo, en busca de mantener o mejorar la situación del patrimonio de la empresa y de sus clientes, internos y externos. No es aceptable una administración basada en decisiones que perjudiquen al entorno en que se mueve la empresa.

A lo largo de mucho tiempo hemos sembrado un exceso de «yo» creando una sociedad insostenible. Lo mismo ocurre con las empresas, es muy frecuente que los problemas éticos en la empresa se den cuando el empresario la confunde consigo mismo, observemos por ejemplo el caso Madoff, consideraba la caja de la empresa, como su caja, y disponía de ella con la irresponsabilidad de quien piensa que esa caja no se va a agotar nunca.

Por pequeña que sea nuestra empresa, y aun cuando no tengamos socios, no debemos confundirla con nosotros mismos: es un ente diferenciado, tenga o no personalidad jurídica propia, tiene responsabilidades propias, que debemos atender, no desde nuestros intereses personales y particulares, sino desde el propio interés y objetivos de la empresa.

Volvamos al ejemplo del pater familias en relación con sus hijos, no son suyos, debe proveerlos de los medios para su adecuado y responsable crecimiento, pero tienen o deben tener capacidades propias de las que no debemos apropiarnos nunca. Gestionemos nuestra empresa, siempre, como algo que no es nuestro y respecto de lo que tenemos que rendir cuentas a terceros: proveedores, clientes, Administraciones públicas, etc. ¿Es ético que dispongamos del dinero de la empresa para nuestro beneficio personal dejando atrás otras obligaciones de la empresa: pago a proveedores, adecuado servicio a los clientes, etc? Siempre debemos pensar que nuestro comportamiento repercute en otras personas, analicemos el perjuicio o beneficio que causa, paremonos unos instantes a recapacitar antes de actuar, y seguro que daremos con la solución ética al conflicto. Aunque suene un poco cursi, pensemos en nuestra empresa como en un hijo nuestro, y procuremos guiarla a sus propios fines y esencias.

Concretemos esta abstracta formulación: ¿Que está haciendo en este instante un diligente padre de familia para sacar a su familia de una penosa situación? Seguro que lo sabemos: comenzará por prescindir de lo superfluo, de lo innecesario, para atender lo básico y lo prioritario y ahorrar para momentos futuros, o para personas de la familia que precisan de su ayuda. Buscará el interés común subordinando los intereses individuales. Será solidario. Si reflexionamos un poco, observaremos que es exactamente lo mismo debe hacer un empresario diligente, pero no solo ahora, en tiempos crísis, sino que debe ser su faro permanenete, en los buenos y en los malos momentos:

Ahorrar, guardar recursos financieros para el futuro: para los momentos de vacas flacas o para invertir cuando surja la oportunidad Debemos distinguir lo esencial de lo accesorio, en materia de gasto, de tareas, etc. Debemos ser eficientes y productivos, para que nuestra empresa mejore. Y deben trabajar por el bien común, sin olvidar los intereses particulares. Debemos aplicar valores a nuestra gestión.

Pero esto, ¿donde se aprende? Desde luego en la universidad no, al menos en gran parte de ellas. Si observamos los planes de estudio de ADminsitración y Dirección de Empresas son escasas, aunque muy honrosas, aquellas que incluyen la ética empresarial entre sus planes de estudio. Es cierto que va incrementándose el número de universidades que añaden estos estudios en su planificación, el problema es que, por desgracia, su estudio suele ser excesivamente teórico, excesivamente abstracto, y la ética son cosas concretas, son actitudes concretas, acciones concretas que ayudan o no a nuestro entorno.

Un buen directivo o empresario debe guiarse, siempre, con criterios éticos, será bueno, muy bueno para el desempeñó de su trabajo, lograr el crecimiento sostenido, constante y equilibrado, de "su hijo", la empresa.

La clase empresarial es la fuente y el motor del crecimiento económico (Joseph Aloius Schumpeter), para un desarrollo ético de nuestra sociedad, precisamos una clase empresarial con sólidos valores éticos.